En un acto de confianza me confesé:
"Como no estás,
nada está hecho para mí,
llueve tanto aquí adentro
que el infierno abre ventanas"
Y así,
la imposibilidad de que algún día estés, tomó forma
se fue llenando entre el espacio que no habitamos.
El sitio, en el que dejé lugar a los sueños,
me avisa que ya no hay cupo:
está saturado de grietas
y cierra por demolición.
Y ahora sé que los actos tan pensados parecen ritos antiguos
aquellos que ya nadie quiere
ni les da importancia
ni les teme
porque no hay dios que los vigile
de qué me sirve decirte que me gustas tanto
si ya sabemos que por ahí no irá la historia
de qué me sirve vivir aquí tan lejos
si esta ciudad se parece a la tuya
aquella que me prestaste para mi ruina.
lunes, 21 de mayo de 2018
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