A veces recibo correos de mis ex alumnos y me da tanta felicidad, son bien punks.
Y me acuerdo cuando mi espíritu era bien punk, pero Caracol y José me regañaron que porque eso de comer chilito y madres a las 11 de la noche ya no puede ser saludable y ustedes dirán eso qué, eso no es espíritu punk pero les juro que sí.
Y entonces abro el refri y digo, va, una ensalada con lechuguita y agua, mucha agua.
Y pienso en esta canción, por Dios, tengo 26 años, where's my punk spirit y recuerdo que yo escribía poemas, y te escribía te amos en servilletas y me hice un tatuaje que me dolió mucho y fume cigarrillos sin comer y crucé la calle en chinga a pesar de los carros y reí como loca y tenía el cabello verde, azul, fiusha, tennis rotos, una guitarra y una carrera que no tenía futuro, un arete en la lengua que mi mamá me pidió quitarme tres veces porque a la siguiente ella lo arrancaba. Bien punk diciéndole a mis maestros que bye con sus pinches preguntas repetitivas, que me preguntaran otra cosa, que me dejaran mirar la ventana.
Yo te escribía poemas a ti, a él, a mi madre, a la tristeza y a la soledad. Y ahora, que extraño como loca mi ciudad, pero no por ella, sino por mi mamá, mi papá, mi hermano y sus spidermans no escribo nada porque ni tiempo, ni paciencia, ni fe en mi palabra.
Entonces, me debato entre comerme esa lechuga que significa todo. O comerme el pastel que dejamos la cena pasada porque somos muy delicados de la panza porque casi los 30 dicen mis amigos, que porque luego no dormimos bien, que porque queremos un regreso tranquilo.
Antes era bien punk y ahora sueño despierta con esa canción que quiero bailar en mi boda, pienso en darme tiempo para pagar la luz y en terminar esta maldita matriz de reportes de investigación para una tesis que quién sabe para dónde va.
y entonces, entonces, se me sale la pregunta y se va dibujando en el aire, dura horas, where's my punk spirit when i need it? hasta que mi gato me distrae.
