domingo, 25 de mayo de 2014

De cuando vuelves

Es como si una estuviera lista. Es como si todo este tiempo estuvieras a la espera de que las situaciones se acomoden. Tu cuerpo lo sabe, dicen. 

Las reconciliaciones son una especie de lado animal, nuestro. Tienes tantas ganas de echártele encima. 

domingo, 18 de mayo de 2014

Crisis

Lo maravilloso de las crisis es que al tocar el fondo comienzas a reinventarte. Eres un lienzo. Una pared blanca. Una está tan deseosa de todo y a la vez no tienes nada. 

A veces se me ocurre que soy otra persona, que tengo un nuevo nombre, que no sé ni tantito latín y que en las noches disfruto de más de seis cervezas sin vomitar. 
Quizás me amarías de forma distinta, sabes. Fumarías conmigo, no hablaríamos de los fonemas de tu nombres ni entenderíamos la metonimia de la vida. 
Tendría un nuevo nombre, uno bonito. 
Estoy segura de que también me amarías. 

Sin complicarme con lo que digo, me llevarías al cine, al café y probablemente apareceríamos en alguna fiesta de tus amigos y yo no entendería nada y solo sonreiría para quedar bien. Y entre groserías, me terminaría un cartón de cerveza y de seguro haría chistes obscenos y políticamente incorrectos. 

Sería bonita, simple y con menos complicaciones. Con menos cólicos, menos palabras y menos tristezas. 

Pero, no me puedo cambiar el nombre. 
Los nombres se estacan en nuestros corazones, habitan la oscuridad y de repente están ahí presentes, cada día, cada hora, nos manchan los dientes.
El nombre nunca nos abandona.
Y sé, que aunque fuera otra, aunque existieran otras, pronunciarías el mío, mi nombre. Extrañarías el fuego que no se apaga, los ojos violentos, la forma de mis caderas.

Extrañarías a Alejandra, la que a veces se reinventa, la que se cambia de nombre pero sigue ahí. Latente. No se va, aquí sigue.

sábado, 17 de mayo de 2014

La ciudad nocturna crece

Dejaré pues que la poesía me aborde, como el tren de la tarde, como las historias que me invento, como cuando amo a las 8 de la mañana y desespero por no poder besarte, tan temprano, tan tú del otro lado; Dejo las situaciones tensas y me dejo reír con los dedos, mientras el sonido de las aves nos agobia y nos permite celarlas, porque vuelan, porque son tan libres, tan no-nosotros.
Te lo dije la otra tarde, la ciudad nos ha tragado. La ciudad que ambos hemos construido a base de erratas y piedras angulares muy mal colocadas. A veces camino a ninguna parte, porque sé que pese a todo, la cruzaré en dos o tres pasos y me declararé vencedora. Le diré que ni ella ni nosotros nos pertenecemos, que como sus aves volaremos algún día fuera de aquí, aunque mi corazón le pertenezca y en sus calles hayan miles de historias que tengo qué contar.
Aún la recuerdo arrullándome en las madrugadas, buscándote en otros hombres y otros poemas. La ciudad me mira con el silencio reprobador que siempre me ha dado, el desierto, ahí entre Garza Sada y Alfonso Reyes o en pleno Madero. Un desierto sobreponiéndose al abandono.
Entre las luces que poco a poco van desapareciendo y me avisan que ha de amanecer, me sé cierta.

Somos libres, pensé. Y lo sé porque lo he soñado.

De las imágenes que pueblan sus sueños

Acérquese a la naturaleza e intente decir,  cual si fuese el primer hombre,  lo que ve y siente y ama y pierde.  No escriba versos de amor....