domingo, 16 de octubre de 2016

Contradicciones Vol. 28

Cada año descubro más contradicciones en mí. Hay días en que prendo la luz y no sé por qué lo hice, luego la apago porque me hace feliz y después pienso que eso no es lo que quería. Me gustan incontrolablemente esos zapatos azules y luego parecen ridículos y extraños. ¿Por qué los compraste, Alejandra? Hay días en que la ciudad me parece tan grande y yo soy tan minúscula. Me pierdo, lloro y me siento ajena. Entonces llega ese otro momento donde todo parece acomodarse, salir de sus oscuridades y agradezco los pequeños lugares que me hacen grande. Veo los coches, los árboles, la lluvia de las 6 de la tarde y soy en plenitud. Y sí, cada año me descubro más contradicciones, más cambios, un día amo todo y otro día amo nada. Pero ¿qué no es una persona un lugar de contradicciones? De cambios, de nuevas ideas y nuevos comienzos. Decía Heráclito que todo fluye, nada permanece. Más tarde Engels lo recordaría al decir que todo se halla sujeto a un proceso constante de transformación, de incesante nacimiento y caducidad. Somos caducos antes de la muerte y nos renovamos varias veces antes de morir. No me sorprende entonces verme equivocada varias veces, leer mi pasado y aprender de él. Ser diferente a hace dos años y saber que así será en un futuro. Aceptar mi contrariedad es también una forma de aprender, al menos sé que soy un cúmulo de experiencias y personas, algunas se quedan, otras se van, otras me enseñan y otras me rompen. Y aquí estoy, como el río pero también como la piedra. 

De las imágenes que pueblan sus sueños

Acérquese a la naturaleza e intente decir,  cual si fuese el primer hombre,  lo que ve y siente y ama y pierde.  No escriba versos de amor....