viernes, 21 de diciembre de 2018

La broma de Dios

Hoy desperté pensando que algo bueno viene.
ni sé qué.
ni sé cómo.
ni sé en qué forma.
pero lo siento.
Pegadito a los brazos:

como cuando eres del otro que te mira embrutecido
las comisuras de los labios.

Tampoco sé si es sugestión
o si anticipo una innecesaria emoción.
a veces el cerebro se une al juego de quién se siente peor
y los recuerdos son recuerdos
y confundo tristeza con calor
y calor con locura
y locura con tristeza
y ahora un infinito.

Las hormonas están haciendo su trabajo, me digo
y tomo la siguiente pastilla que resulta ser placebo
todo mi ciclo es una mentira.

El cutis es el mejor cutis
leo periódicos sin llorar
la ansiedad no me obliga a leer de inmediato los mensajes
de todos los hombres que no me quisieron.

Mi terapeuta ya le ve fin a sentirme todos los días
sin ningún lugar en el mundo.
¿ya me hice un lugar en el mundo?

Esto no puede estar pasando,
no me lo merezco
no he trabajado para ello
así toda una lista de imprecaciones contra la buena fortuna.

Qué raro sentir bienestar.
Debe ser una broma de Dios.

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Acérquese a la naturaleza e intente decir,  cual si fuese el primer hombre,  lo que ve y siente y ama y pierde.  No escriba versos de amor....